MECHADA CONCEPTUAL DEL LIGURIA/ En Pedro de Valdivia Norte. Entre Costanera Andrés Bello y Avenida Providencia.
El Liguria, restaurant bien conocido por sus performances intelectuales, y spa de aquellos que desean aparentar sinapsis neuronal, se ha convertido en los últimos años en reducto indiscutido de reuniones post laborales, de artistas, circuito conceptual alternativo , cinéfilos, postmodernistas tradicionalistas y una variada gama de individuos que saben hablar bonito y fuerte, para que en las otras mesas los escuchen.
Existen cuatro sucursales, pero nos adentramos en la de Pedro de Valdivia, de carácter renovado, al igual que las otras, con motivos pictóricos tradicionales de la costumbre folklórica nacional, similares a dibujos de Galeano. Pero sobreexplotados.
Se agradece la valoración al mobiliario, a las colecciones de cuadros, de imágenes, los detalles sencillos, que hacen de Liguria una apuesta arquitectónica en constante movimiento que siempre sorprende. Además es importante la presentación de la mesa, preparada para el desarrollo de un gran banquete, aunque posteriormente parezca un peladero con dos piscolas y un tazón de maní encima. Esto ultimo, una de las cosas mas alternativas de Liguria: el canastillo de maní con cáscara, para picar, por parte de la casa. Así como hay gente que peina la muñeca, otra, la de la clase conceptual del Liguria, pela el maní a su modo. Cortándolo con los dedos, para deslizar cada esfera rojiza por las manos, con los dientes y generar una pausa con el crujir del cascaron en los labios, o los salvajes, que mastican maní con cáscara , all inclusive.
La carta del Liguria, cara hay que decirlo, no da opción económica al comensal. El sándwich más barato va por sobre los 3000 pesos, hasta los platos de comida por 6000 o más.
Si bien, podemos encontrarnos siempre con un buen plato, o un buen sándwich, me remece analizar su composición en analogía con similares del tamaño de La Reina de
La mechada, la señora de Carmen, al frente del estadio de la Unión. Me enferma esa composición alternativa glam de la nueva cocina chilena, donde lo único real es la marraqueta y todo lo demás es la simulación de la imagen, como dice Baudrillard, la simulación del componente, de la esencia de la comida nacional.
Pedí un pan de mechada (mechada + gotas de aceite + marraqueta) esperando la sencillez de lo real , no la representación de este Chile Conceptual que camina a punta de agua mineral Perrier, de té darjerling o earl grey o de otras cursilerías que cada vez sofistican más la molecularización del sazón del país.
Mi mechada (de 3000 lucas como la canción), fue exactamente lo que no esperaba. Unas lonjas secas sin sazón, con la zanahoria sanitizada preelaborada Dole, al centro de estas, condimentada con unas hojas de rúcula y una salsa fría boloñesa, pero con un gusto dulce, similar a una barbecue sauce, y no esa italian dip, con hojas de laurel y trozos de tomate frescos.
Para tomar, un new electric Borgoña (por ponerle un nombre), con un vino muy ácido, relleno de frutillas y una copa de coñac en su interior por casi 7000 pesos el litro y medio.
Al irse, todo método de pago, se hace efectivo, desde el mismo, hasta los cheques, tarjetas de crédito y cheque restaurant.
Estacionamientos, puede encontrar, en el caso de este LIguría al frente de la calle por 1000 pesos, o en los subterráneos de providencia, pero casi todos los locales del sector no cuentan con estacionamiento propio.
En general, el Liguria, es siempre una buena alternativa conceptual. Si quiere ir a hablar de cine francés, de la última película de Álex de la Iglesia, si desea un autógrafo de algún actor de la teleserie, aunque a esa hora están ahí , porque vienen de la obra de teatro (que quede claro), o en una de esas encontrarse con algún pastelazo redimido neuronal del espectro nacional, seguro este lugar cumplirá con todas sus expectativas. Y seguramente, en su gastronomía podrá encontrar ese derivado al poroto con rienda, que encuentra ordinario, o a ese caldito de patas, que en otro lugar lo haría sentirse muy mal. La simulación de la gastronomía chilena en todo su esplendor ,en este lugar , supera ampliamente las expectativas, de quienes nos comemos el maní con la cáscara entera.